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Cirugía de meniscos

La cirugía de meniscal se realiza mediante artroscopia, la cual, implica realizar dos pequeñas incisiones a ambos lados del tendón patelar. Se introduce una cámara para inspeccionar toda la rodilla, haciendo énfasis en el menisco dañado. Si la rotura se encuentra en la zona periférica del menisco o tiene alto potencial de cicatrización, se prefiere una reparación del menisco, utilizando técnicas específicas según la ubicación de la lesión.

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Cirugía de meniscos

¿Qué son los meniscos?

Los meniscos son estructuras cartilaginosas en forma de semiluna situadas dentro de la articulación de la rodilla. Hay dos meniscos en cada rodilla: uno medial y otro lateral, ambos ubicados entre el fémur y la tibia. Su función principal es aumentar la congruencia articular entre estos huesos, lo que mejora la estabilidad de la articulación y distribuye la carga de manera más eficiente.


Tratamiento de las Lesiones Meniscales


El tratamiento de las lesiones meniscales varía según la ubicación y extensión de la lesión, la edad del paciente y su nivel de actividad. Es importante realizar una resonancia magnética para identificar la ubicación y el tipo de rotura del menisco, así como el tamaño de la lesión. Con esta información, y considerando las expectativas del paciente, se establece el tratamiento adecuado. Las lesiones horizontales suelen tratarse de manera conservadora, con reposo, hielo, compresión y kinesioterapia para fortalecer los músculos alrededor de la rodilla. Las roturas inestables, como las radiales, verticales mayores a 1 cm o de las raíces, requieren tratamiento quirúrgico.

Trasplante de meniscos


Los pacientes jóvenes que han perdido la totalidad de su menisco y presentan síntomas significativos son candidatos a trasplantes meniscales. Este procedimiento implica la implantación de un menisco completo de un donante, suturado en la zona previamente ocupada por el menisco nativo. Es una cirugía de salvataje articular que requiere una evaluación detallada del tamaño de la rodilla del paciente para determinar el injerto específico. Los beneficios del trasplante de menisco incluyen la disminución del dolor, la mejora de la función articular y el retraso del daño articular. La literatura médica muestra que la sobrevida del menisco injertado es del 90% a los 5 años y del 63% a los 10 años.

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